Las direcciones IPv4 se han agotado en más de medio mundo.
Cuando Internet se creó, no se pensaba que acabaría llegando a ser un medio de comunicación indispensable para miles de millones de personas. El propio Leonard Kleinrock, uno de los padres de la web, admitía en rueda de prensa, al recibir el Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA, que al principio querían que los ordenadores se comunicasen entre sí para compartir datos e impulsar la investigación. Por ello, en un principio, Internet se creó sólo con unos 4.000 millones de direcciones IP, es decir, 2 elevado a 32. Esto es lo que llamamos IPV4, un número de versión que, más pronto que tarde, será sustituido por el IPV6.
Ya hace una década que los registradores que proveen de IPs a los diferentes países vienen avisando de la escasez de números. Sin embargo, el Registro Americano de Números de Internet (ARIN)acaba de quedarse sin direcciones IPV4 haciendo entrar en lista de espera a los clientes que piden números. En Europa ocurre lo mismo con RIPE Network Coordination Centre. Tan sólo África puede disponer de estas direcciones a su antojo. La buena noticia: IPV6 está en marcha.
Según explica a EL MUNDO Javier Castillo, IP Services Manager de la empresa de Tecnologías de la Información y la Comunicación Alhambra-Eidos, esta nueva versión tendrá un número de direcciones de 2 elevado a 128, una cifra de proporciones bíblicas, equivalente a los millones de estrellas que puede tener el universo o al número de átomos en la superficie de la Tierra, con lo cual, no volverá a haber escasez de direcciones.
Mientras el IPV6 no se implanta, la compra-venta se ha regulado por su cuenta y se ha creado un mercado de segunda mano en el que las empresas venden paquetes de direcciones IPV4 que no utilizan a los compradores que han entrado en lista de espera. "Este mercado está admitido bajo determinadas reglas. Así, una serie de empresas hacen trabajo de broker y ponen en contacto a vendedores y demandantes", cuenta Castillo.
Según explica este experto, el cambio será prácticamente imperceptible, pues la web funcionará prácticamente igual, "con la única diferencia de que las nuevas direcciones tendrán un tamaño de 128 bits". De hecho, en algunos países ya se está navegando con IPV6, pues las nuevas redes 4G están preparadas para ello y dan preferencia a la nueva versión para incentivar el cambio. Sin embargo, España está a la cola en esta transición y este nuevo protocolo todavía no tiene presencia en nuestro país.
"Es un trabajo que tienen que realizar los desarrolladores y proveedores de infraestructura, como Telefónica", reclama Castillo mencionando el caso de Apple, pues la compañía de Tim Cook anunció al presentar el nuevo iOS 9 que obligaría a los desarrolladores de aplicaciones a que las hiciesen funcionar con IPV6. "Es muy importante que en España se haga este esfuerzo de transición para que el cambio se produzca rápido", concluye Castillo.
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